jueves, 30 de junio de 2016

Resumen de la cuarta jornada del Ciclo Personas refugiadas y migrantes, con poesía, pintura, debate y teatro

J. LUIS NIEVAS I @luisroalcao

La segunda semana del ciclo "Personas refugiadas y migrantes aquí y ahora, el Mediterráneo como frontera de la vergüenza" se inició con bastante más participación de público y con poesía y dibujo de alto impacto. En vivo. Nadie quedó indemne.

Luis Melgarejo recitaba versos, alternando los suyos con los de otros poetas cómplices, mientras Iván Izquierdo trazaba líneas, con sombras, luces y colores, creando mapas e itinerarios por los que deambulaban los sentimientos desconcertados del público, buscando refugio ante la noche. Éramos simples mamíferos migrantes aterrados ante la inmensidad de los sentidos. Los poemas dibujados destilaban en el aire sentimientos de alta graduación que nos empapaban.

Luego vino un relato de imágenes proyectando realidad sobre el terreno. Dahlia – Development and Humanitarian Learning in Action compartió y contagió la experiencia y el conocimiento acumulado de Gilles Gasser y Ricardo Solé tras recorrer el mapa del mundo para aliviar crisis y conflictos – en realidad siempre el mismo-, que se replica aquí y allá regurgitando desplazamientos y odiseas.


Se hacen los caminos al andar. Ya nos lo habían advertido. Y en los caminos hay asaltos y traficantes que se alternan con cantos de sirenas. El poder y los negociantes que le sirven mueven sus fichas, ponen barreras, crean fronteras con decretos y, a veces, se ha de volver a empezar y desandar algún trecho sin perder el sentido.

A la presentación le siguió un debate al que se unieron Pablo Simón, de Amnistía Internacional en Granada y médico voluntario en Lesbos con MdM, y Sylvia Koniecky, presidenta de Andalucía Acoge. Entre todos hay que crear el relato y la memoria para combatir el miedo y la confusión que propician los medios masivos al servicio del poder y del dinero. El público participó solidario; preguntando, debatiendo y aportando ideas, sentimientos y deseos.

Para finalizar llegó Sara Sagapó, del Colectivo Gato Gordo, con su maleta llena de microteatro inspirado en la realidad. Era la misma realidad vista desde el otro lado y con mucho humor; los jóvenes que tienen que partir para subsistir. Sobrevivir en otro mapa, adaptándose a su inmensidad. Somos simples mamíferos solidarios.

Era ya de noche y continuamos hoy jueves y mañana viernes. Desde el Carmen de la Victoria.

La Alhambra sigue ahí enfrente.

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